domingo, 6 de enero de 2008

DECONSTRUYENDO A SHERLOCK HOLMES


La obra de Mark Tansey me seduce como un misterio; de técnica precisa, monocromática, impersonal y aparentemente ausente de emotividad, consigue sin embargo recrear atmósferas inquietantes que transforman mágicamente una reflexión lingüística, filosófica o estética en un reto detectivesco: me viene a la mente una declaración de Degas afirmando que pintar un cuadro es como planear un crimen.

El espíritu que mueve el arte de Tansey es postmoderno y sumamente irónico, mordaz en ocasiones. Su obra es difícil de clasificar: participa del hiperrealismo, del realismo mágico, del surrealismo, del arte pop y de la figuración de la transvanguardia en general, pero de ninguna manera puede encuadrarse en ninguna de estas tendencias.

Quería hablarles brevemente de una de sus obras en concreto, muy sugerente y representativa de su actitud frente a las esferas del arte, la literatura, la sociedad y el pensamiento occidental… se titula Derrida Queries De Man (Derrida cuestiona a De Man).

Mark Tansey, Derrida queries De Man, 1990 (Collection of Mike and Penny Winton)

Hay dos hombres luchando o bailando al borde de un precipicio del que no se aprecian los límites verticales y cuya condensación al fondo igual podría pertenecer a una cascada como al vacío. Esta ambigüedad visual y descriptiva es intencional y característica de Tansey.

El título de la obra nos informa acerca de la identidad de los dos personajes del cuadro: se trata del filósofo Jacques Derrida, creador de la deconstrucción y la filosofía de la différence, y Paul De Man, destacado intelectual deconstructivista y crítico literario.

Adrian Costache aporta su interesantísima interpretación de esta pintura desde una óptica puramente filosófica. Según él, el punto de vista introducido en el cuadro está aludiendo directamente a la deconstrucción, ya que se supone que una de las características esenciales de esta disciplina es que no aborda sus planteamientos desde una única perspectiva, sino desde una perspectiva múltiple, exclusiva forma de acceder a la estructura oculta de los procesos culturales. Además, el propio Derrida describe la deconstrucción como una disciplina rigurosa, lo cual establece una clara analogía con la danza (recordemos que los dos personajes de la pintura están bailando). No acaban aquí las referencias directas a Derrida en la pintura: el locus pictórico en el que nos movemos es el borde de un precipicio, y el filósofo francés decía que se estaba siempre moviendo en los límites del discurso filosófico.

Además, el fondo del cuadro sugiere una especie de vacío, un no-fin del espacio representado y del espacio pictórico. Derrida habló en una ocasión de que los procesos culturales y filosóficos de la civilización occidental parecían no tener fin y que los mecanismos encaminados a perpetuarlos a través del tiempo funcionarán eternamente.

No sólo eso: si contemplan con detalle el primer término del cuadro, verán que hay una especie de texto camuflado con el paisaje. Cito a Derrida: “la deconstrucción interroga a la filosofía más allá de su significado, tratándola no sólo como un discurso sino como un determinado texto inscrito en un texto general, encerrado en la representación de su propio margen”.

Todo esto lo conecta Costache con la pregunta acerca de la naturaleza post-metafísica de la filosofía hermenéutica de Gadamer. Pero me voy a quedar ahí, recomendando la lectura del artículo completo a todos aquellos a quienes les interesa el mundo de la filosofía.

Sin embargo, lo que más me asombra del cuadro de Tansey es la habilidad con la que ha conseguido imbricar su discurso en una forma representativa que configura una referencia visual poderosísima, de primer orden, a un tipo de literatura popular muy sugerente y, sobre todo, a un personaje que constituye un auténtico arquetipo en el inconsciente colectivo: Sherlock Holmes.

Efectivamente, cualquiera que tenga unos mínimos conocimientos de las aventuras del detective creado por Conan Doyle tiene que haber relacionado de forma casi automática la escena de la pintura de Tansey con “El último problema”, el relato en el que Sherlock Holmes se deshace del malvado Moriarty arrojándolo tras una lucha cuerpo a cuerpo a las cataratas de Reichenbach. Holmes aprovecha para fingir su propia muerte y regresar a Londres utilizando esa ventaja en contra de sus enemigos.

Obviamente, todo esto no es casual; la imagen en que se basa directamente Tansey para efectuar su particular proceso de deconstrucción pictórica es, y ahí precisamente radica parte de su genialidad, una ilustración de Sidney Paget para el relato de Conan Doyle, en donde aparecen Holmes y Moriarty luchando a brazo partido en el precipicio:

Sidney Paget, 1893: ilustración para The Final Problem, de Conan Doyle

Es entonces cuando sustituimos las personalidades de Derrida y De Man por las de Holmes y Moriarty, el detective y su poderoso antagonista, su igual en el lado oscuro, que ya no están bailando un tango sino luchando a muerte al borde de un precipicio. Supremo giro tanseyano cargado de ironía en el que el mismo proceso pictórico pasa a ser no sólo un homenaje a la deconstrucción derridiana, sino deconstrucción auténtica, lectura postestructuralista que nos muestra un texto filosófico-lingüístico entrelazado con otro literario-detectivesco, dos personajes reales del mundo de la cultura que se desdoblan en dos personajes míticos del mundo de la ficción, un texto que lleva a otro texto que lleva a otro texto que lleva a otro texto… así hacia el infinito que parece insinuarse en la indefinición de la pintura, que también se desarrolla al borde del discurso pictórico y del filosófico y del literario… es ahora cuando alcanzamos a comprender que el texto camuflado en el primer plano del paisaje es el de Derrida, el de Conan Doyle, incluso el de Homero, Shakespeare y Cervantes.

Tansey parece darle la razón a Borges: todas las historias son una única historia que ya ha sido contada muchas veces y que seguirá contándose eternamente.

Adoro el arte contemporáneo, adoro a Tansey…

4 comentarios:

noctambulus dijo...

Se me socarran las neuronas intentando comprender esta entrada pero dado que yo soy de la opinión que toda complejidad viene de un conjunto de simplificaciones, entiendo que la base mas simple de un texto es el abecedario, del que parten todas las palabras, que todo cuadro parte de los colores y que toda creación, viene definida por la complejidad de su creador, así bajo el infinito de las probabilidades, todo se puede acabar entrelazando por algún motivo o secuencia, todo se puede convertir en un espejismo de ilusiones, el cual interpretamos por los dictados de los factores que conocemos y que nos vienen dados internamente y externamente, ademas de una reinterpretación muchas veces de lo desconocido por una necesaria respuesta lógica a comprender y darle un sentido a todo aquello que vemos, pero solo el creador de algo conoce verdaderamente todos los aspectos de su obra y el porque de ella. Aun así volviendo a las infinitas probabilidades se pueden repetir secuencialmente ideas pensamientos o textos, si se llegan a las mismas conclusiones, acciones, o pensamientos, tras un aprendizaje, y aun así habrá nuevas variantes que pueden hacer diferente una misma cosa, al haber utilizado diferentes matices, habiendo seguido una evolución encaminada a mejorar en un continuo e infinito camino todo aspecto de la vida. Para mi esa seria la constuccion autentica de todo, la esencia del conocimiento y de la evolución, la complejidad basada en el principio de lo mas simple y evolucionada por el aprendizaje y conocimiento. El problema es que se deja de ver lo simple y sus orígenes pues la complejidad llega a ser siempre una obra superior a la anterior, pero todo se reduce al conocimiento de la vida y sus valores, siendo un origen del que casi todo se enriquece. Casi todo partirá del mismo lugar a la hora de ser creado y por lo tanto podría tener la misma esencia o mensaje en ciertos aspectos... Mi interpretación del cuadro al mirarlo por primera vez seria algo diferente, yo veo dos hombres al borde de un precipicio,pero son el mismo, una parte intenta convencer a la otra de que tiene que luchar y no tirarse y renunciar a la vida, que se le muestra vacía como el precipicio que tiene ante el,veo la lucha que todo ser humano tiene con el mismo ante las dificultades, la decisión que se a de tomar, o seguir luchando o rendirse y la incertidumbre de un futuro en blanco que aun a de descubrir mediante sus decisiones. saludos adeusiau

Girolamo dijo...

Noctambulus: gracias por tu aportación y por el esfuerzo. Tu interpretación es perfectamente válida y tu reflexión muy apropiada en cuanto que la multiplicidad de proyecciones de sentido y, por tanto, de significados, es algo que reivindica el postestructuralismo en el campo del análisis de las obras de arte (siempre que no se caiga en el relativismo gratuito, claro, y siguiendo un procedimiento válido y riguroso).

Un saludo

noctambulus dijo...

hilando un poco mas, yo diría que la influencia de los estados de animo al mirar u observar una obra influye también en la apreciación de ella, y por tanto en el significado que le damos al contemplarla, incluso usando un uso metafórico de las imágenes, trasportando una primera realidad a una secuencia de posibilidades de interpretaciones acordes con las circunstancias, conocimiento, y estado anímico del observador. como un lenguaje de comunicación visual que trasmite a cada uno un mensaje diferente a primera vista, sin influencias externas, al menos hasta que alguien no haga una apreciación diferente que nos influya en la forma de ver una imagen, eso ocurre también con los textos, que a falta de gestos y expresiones que nos den mas información, el lector reinterpreta con sus propias sensaciones el texto mas allá de las palabras escritas, influyendo de alguna manera en el, y aunque una buena descripcion de un paraje te pueda dar la información suficiente para imaginártelo, cada uno de los lectores lo hará de una manera distinta según sus propias influencias, a no ser que venga una imagen acompañando el texto y aun así, cada uno de ellos vivirá de una manera distinta la lectura, según sus propios gustos y pensamientos. Todo en la vida parece tener una conexión mas allá de la comprensión aparente,y un desarrollo individual y colectivo a la vez por la influencia de todo lo demás. un saludo y adeusiau

Unknown dijo...

adoro a tansey a don eddy y logicamente a estes