miércoles, 12 de septiembre de 2007

ÉTRETAT


Étretat está situado en Normandía y sus bellísimos acantilados son famosos por haber sido pintados en varias ocasiones por Courbet y Monet, en dos magníficas series separadas por unos quince años de diferencia.


¿Qué visión prefieren ustedes de Étretat? Por supuesto, yo tengo mis preferencias; prefiero a Monet siempre... ahí van dos ejemplos de su intenso trabajo en la costa de Étretat:



Sin embargo, en esta ocasión hay motivos extrapictóricos para que uno de mis favoritos sea una de las obras de Courbet (por otra parte admirables, desde luego). Courbet, por temperamento y por formación, siempre fue (no sé si a su pesar) más proclive al pintoresquismo y a la anécdota que la generación de Monet, la de los impresionistas. Eso es precisamente lo que le lleva a buscar este curioso ángulo de encuadre del perfil rocoso y a retratar de forma tan precisa e individualizada la vieja puerta encuadrada en arco de medio punto que parece perforar el muro rocoso del primer término a la izquierda...


... y es esa puerta la que me lleva a imaginar que estoy viviendo una escena de Los Contrabandistas de Moonfleet, o un capítulo de La Isla del Tesoro, o que paseo con Víctor Hugo justo cuando está acabando de perfilar el esquema de su próxima novela, que veo a lo lejos, enmarcadas por el acantilado esculpido, la silueta de los protagonistas de Remando al Viento en una chalupa, o que dentro de un momento aparecerá por esa misma puerta, consumando su fuga, El Conde de Montecristo o El prisionero de la Máscara de Hierro... o incluso que es la puerta de entrada a una infernal dimensión primigenia lovecraftiana. Es la demostración de que la pintura de Courbet, a diferencia de la de los impresionistas, está mucho más próxima a la ilustración.

De hecho, en el supuesto de que la puerta hubiese sido pintada por Monet, éste la hubiese descompuesto fríamente en sus dos componentes ópticos esenciales: luz y color; seguramente hubiese desdeñado su carácter interno y su potencialidad narrativa. Todo lo que no sea pintura queda proscrito del cuadro.

Pero Courbet parece que quiera hablarnos, por ejemplo, de la indecible abominación que se esconde bajo las rocas y el agua o de la blasfema antigüedad de la puerta misma (... otra vez Lovecraft, ¡qué grande era el tío HP... !)

¿Qué les sugiere a ustedes esa puerta peforando el acantilado... ?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Para mí está bien claro. Se trata de la casita de verano del dios primigenio Cthulhu.
Durante el resto del año tiene un apartamento muy coqueto en la diagonal de Barcelona, pero cuando llega mediados de junio se coge un par de meses de vacaciones y se marcha al norte de Francia a disfrutar de unas semanitas de asueto. ¡Que bien merecido lo tiene, corcho!
En realidad, tiene otro apartamento en Marina D'Or, en Oropesa (ciudad de vacaciones), pero lo tiene alquilado a un matrimonio de Getafe que cada verano y puentes de guardar abandonan la reseca meseta y van en busca del sol mediterráneo con los niños y las abuelas (las dos, pues los abuelos fallecieron ambos unos años atrás, cada uno por separado desde luego).
Con lo que gana del alquiler, Cthulhu se paga las vaciones en Étretat. ¡Que ser un primigenio venido de lo más profundo del universo para gobernar la Tierra no te llena la cuenta del banco! Hay que buscarse otras fuentes de ingreso más mundanas. Lamentablemente, así es la vida.
¡Cómo está el mundo que hasta los dioses tienen que plegarse ante el capitalismo!

Anónimo dijo...

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gracias