viernes, 13 de julio de 2007

CRISTIANISMO PRIMITIVO

Unos meses antes de que estallase el fenómeno de El código da Vinci y los orígenes del cristianismo se pusieran de moda yo me leí la novela. Lo reconozco. Pero más por curiosidad que por creer la teoría defendida en ella. Cuando terminé saqué claramente tres conclusiones. La primera es que la novela es pésima, tanto por su nivel literario como por las tonterías que allí salen (aunque debo reconocer que se lee rápido y no aburre, lo cual me parece su única virtud). Segundo, que en la novela no había nada ni novedoso ni revolucionario, pues la teoría de la relación entre la Magdalena y Jesús y su posible descendencia, y la relación de ésta con las principales casas reales europeas tiene muchos siglos de antigüedad. Novedad cero, pues. Sin embargo, la tercera conclusión que saqué en claro sí que me ha sido provechosa: el escaso conocimiento que yo tenía sobre los primeros años del cristianismo hasta su consolidación como religión oficial del Imperio Romano (durante el siglo IV, desde Constantino hasta Teodosio).
Picado por la curiosidad (curiosidad por aprender, ante todo) decidí empezar a leer sobre el tema y comencé precisamente por el "enemigo", es decir, el libro que literalmente había "plagiado" Dan Brown para El código... y que llevó a dos de sus autores a enfrentarse con Brown en los tribunales. El libro en cuestión es El enigma sagrado, de Michael Baigent, Richard Leigh y Henry Lincoln. Más de lo mismo, pero en lugar de novela, un ensayo "histórico".
No obstante, el tema seguía interesándome y en la sección de libros de una revista de divulgación histórica (no recuerdo cual) vi la publicación de un libro llamado Guía para entender el Nuevo Testamento, de un tal Antonio Piñero. El nombre me sonaba de algo. Era ese señor al que en ciertas ocasiones recurría Íker Jiménez para hablar de cristianismo primitivo.
Desde entonces Antonio Piñero se ha convertido en mi referente para ir aprendiendo sobre esos años un tanto "oscuros" de la religión cristiana, en los que no había una doctrina oficial y convivían más o menos pacíficamente (al menos en un principio) diversos modos de ver la nueva doctrina organizada alrededor de un hebreo que vivió y murió en Palestina hace aproximadamente 2000 años. Para Piñero, la existencia histórica de Jesús no puede ponerse en duda, aunque lo que se conoce de él ha sido manipulado por sus seguidores voluntaria o involuntariamente, por lo que una cosa es el Jesús histórico (del que poco se conoce) y otra el Jesús del Nuevo Testamento y de los textos apócrifos (es decir, el "oficial").
Actualmente, estoy leyendo Jesús. La vida oculta, según los Evangelios rechazados por la Iglesia, un interesante estudio de lo que fue la vida de Jesús antes de emprender su vida pública. Para este período los textos canónicos son insuficientes, pues tan apenas nos revelan datos interesantes, por lo que hay que remitirse a los textos apócrifos y gnósticos. Y esto es precisamente lo que realiza Antonio Piñero en este libro.
En definitiva, todo este rollo que he soltado en los párrafos anteriores es simplemente para recomendar a todos aquellos que sientan curiosidad por conocer el cristianismo primitivo (y cualquier tema en general, claro está) que acudan a lecturas serias y fiables (como el profesor Piñero, por ejemplo), y se alejen lo máximo (al menos en un principio) de todo ese grupo de pseudohistoriadores e iluminados que, unos buscando notoriedad y otros dinero, no dudan en falsear la realidad y darnos visiones sesgadas y parciales de la Historia. No obstante, una vez hayamos adquirido un nivel suficiente para distinguir unos y otros, es recomendable también visitar esas otras "fuentes" (aunque yo hiciera el camino a la inversa).
Recomiendo, finalmente, el blog personal de Antonio Piñero.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Sobre el cristianismo primitivo (o casi) añadiré únicamente lo siguiente:

Por qué mataron a Juliano? Hummm... qué delicioso pensar en cómo hubiese podido cambiar la cosa...

Salud y República!!!

Anónimo dijo...

Mari Complejines, ¿con Juliano te refieres al kioskero de Barrio Sésamo? Si es así, pues su nombre real es José Riesgo y no sé si estará vivo, pues no trabaja desde 1984.
En cambio, si te refieres a Flavio Claudio Juliano, apodado "El apóstata", emperador del Imperio Romano entre 361 y 363. La verdad es que no fue "asesinado" como tú sugieres en tu comentario, sino que fue herido durante una escaramuza en una campaña militar contra el imperio sasánida, muriendo poco después.
Sin embargo, el imperio caminaba irremisiblemente hacia su cristianización y los cristianos copaban cada vez más los principales puestos de poder, y como Juliano había sido un pagano convencido y puso fin a las persecuciones de los paganos, la propaganda cristiana posterior se apuntó el tanto de haber acabado con ese emperador tan nefasto (para ellos) y así, la tradición apunta a un soldado cristiano como ejecutor del emperador. Pero de ello no hay ninguna prueba fundada, ni nada que lleve a pensar que fuera cierto. Es más, esta versión de su muerte se debe al escritor cristiano Sozomeno (Historia eclesiástica, 6, 2), que relató los hechos unos 60 años después de que estos ocurrieran.
En segundo lugar, eso de que las cosas hubieran podido ser distintas, olvídalo. El cristianismo a mediados del siglo IV ya era una fuerza religiosa y social imparable.
Sin embargo, en lo que estoy totalmente deacuerdo contigo es en lo de "Salud y República".

Anónimo dijo...

Didáskalos:

El kioskero de Barrio Sésamo era Julián, no Juliano.

Me refería, en efecto, al emperador. En mi comentario, Didáscalos, no hablo de asesinato, hablo de ke le mataron... lo cual usted confirma en su comentario. Que el autor de su muerte fué un cristiano? Impensable! Todos sabemos que ningún cristiano, jamás y bajo ningún concepto, asaesinó jamás a nadie... o sí? No estoy muy seguro, tal vez sea porque soy uno de esos seres que ya desde niño se veía que no acabaría nada bien... siempre me pareció, al ver Barrio Sésamo, que lo que Chema el panadero llevaba en su delantal no era harina... sino cocaína.

Volviendo al tema principal, el del cristianismo, me gustaría parafrasear al genial Gila, quien comentaba, respecto a su visita al Vaticano que no pudo reprimirse exclamar, ante la opulencia de la Basílica de San Pedro: "...y pensar que empezaron con un pesebre"

Por cierto, pido un minuto de silencio en honor del dineral que la iglesia católica de los Estardos Juntitos va a soltar como indemnización a algunas de sus víctimas sexuales, todas ellas menores de edad. En 50 años son más de 4.000 los sacerdotes acusados en EE.UU. por abusos sexuales.

No pasa nada... seguramente dentro de 200 años la Iglesia pedirá perdón por ello.

Santos varones...

Anónimo dijo...

Querida Mari, "mataron a Juliano" es matar, usease, asesinato u homicicio. Y tratándose de un hombre molesto para buena parte de la ciudadanía del Imperio con tus palabras dices más de lo que ¿involuntariamente? quieres decir. Además, dada la "casualidad" de que la tradición atribuye ese "matamiento" a un soldado cristiano, ¿por qué dudar de que fue un acto voluntario y encima con alevosía y nocturnidad?
Pero, de todos modos, eso queda dentro de la propaganda política cristiana del cristianismo primitivo y creo que (como ya comenté) no hay pruebas que refuten esa teoría. El buen señor murió en una acción bélica de pacotilla (una refriega) y encima su muerte le costó una paz deshonrosa con Persia y la Pérdida de un buen cacho del territoio asiático.
Juliano no ha pasado a la historia por se un buen emperador, sino por ser el último que intentó frenar la cristianización del Imperio Romano.
Por último, ya me olía mal esa cara de pánfilo que siempre lucía Chema en Barrio Sésamo. Y además se pasaba los días haciendo gilipolleces y rodeado de niños.