lunes, 4 de junio de 2007

UN ENIGMÁTICO DIBUJO DE MIGUEL ÁNGEL

Una de las innumerables joyas del British Museum (...con el que tengo pendiente una visita…ummmmm…) es un cartón de Miguel Ángel de tamaño natural, datable en los últimos años de su vida, cuyo tema ha sido objeto de controversia. Ciertamente, se trata de una iconografía sin precedentes, lo cual ha dificultado aún más la tarea de discernir su significado.

Únicamente un personaje está caracterizado por algún atributo que nos permita identificarlo con claridad: se trata de San Juan niño, que aparece en el margen inferior derecho del dibujo portando su característico manto de piel de cordero…y la lógica nos dice que la figura principal en el centro debería ser la Virgen, así como que el Niño Jesús debería ser la figura que aparece a sus pies…

Pero el resto de personajes, así como el verdadero tema del dibujo, seguirían constituyendo interrogantes. Ascanio Condivi, a instancias del propio Miguel Ángel, llevó a cabo una pintura siguiendo el diseño de este dibujo, una pintura que se conserva en Florencia, en la casa Buonarroti. Aunque es evidente que el resultado final es poco menos que mediocre, se distingue con mayor claridad la composición que en el dibujo original de Miguel Ángel.

Gombrich(*) nos ofrece una interpretación bastante plausible del tema del dibujo. La conclusión a la que llega es que la intención del maestro era ensalzar la virginidad de María, un tema que le era especialmente querido (y que ya trató en su juventud, con acierto, en la Piedad de San Pedro (**)). Para ello se basó en los escritos de San Epifanio, un padre de la iglesia Griega de moda durante la Contrarreforma. San Epifanio atacaba las creencias de una secta de cristianos que estaban convencidos de que María dejó de ser Virgen después de tener a Jesús. Se basaban en algunos pasajes de los evangelios en donde se cita a dos hermanas de Jesús y cuatro hermanos varones (María, Salomé, Judas, Santiago, José y Simón). San Jerónimo ya intentó refutar dicha creencia asegurando que se trataba no de hermanos, sino de primos (basándose en criterios etimológicos), pero la argumentación de San Epifanio fue más eficaz: convirtió a sus supuestos hermanos no en primos, sino en hermanastros; según él, San José ya contaba con más de ochenta años cuando se desposó con la Virgen, así que difícilmente pudieron engendrar hijos. Los seis hijos mencionados en los evangelios serían fruto de un matrimonio anterior.

En la pintura son cuatro las cabezas masculinas que aparecen en segundo término, y una cabeza femenina asoma al lado de la de María. Si convertimos en mujer al personaje que aparece en primer término al lado de la Virgen (en el dibujo resulta ambigua su sexualidad…), ya tenemos a los seis hermanastros de Cristo. Esta teoría, además, explica el gesto de la Virgen apartando con su mano a José, que parece mirarla con deseo. De esta forma, el dibujo sería el reflejo de los textos de San Epifanio, que salvaguardan al mismo tiempo la pureza de la Virgen y la veracidad de los textos evangélicos.

Esta interpretación se ve reforzada con el nuevo matiz añadido por el humanista y bibliotecario Fulvio Orsini a finales del siglo XVI. Recatalogó el dibujo describiéndolo como “un cartón con un san Julián, una Virgen y otras figuras de mano de Miguel Ángel…”; así pues, la figura que acompaña a la Virgen sería san Julián, que alcanzó la santidad preservando su castidad tras su matrimonio con Santa Basilisa. De nuevo el tema de la Pureza de la Virgen reforzado por el de la Castidad de San Julián. Si se tiene en cuenta que la pintura pudo estar destinada al retablo de la iglesia de San Juan de los Florentinos en Roma, entonces cerramos el círculo de significado al reconocer en los dos personajes que flanquean a la Virgen a los dos santos patronos de dicha iglesia: San Julián y San Juan Bautista.

Todo esto explica la temática, intencionalidad e iconografía del dibujo, identifica a los personajes (...aunque ahora nos faltaría en la pintura una de las hermanastras...) e incluso explica el extraño gesto de la Virgen con su brazo izquierdo…pero puede que aún quede por desvelar el aún más extraño modo en que la Virgen parece sujetar al Niño Jesús…¿carnaza para otra novela conspiranoica…?

(*) E.H. Gombrich, “El Cartón de Miguel Ángel en el Museo Británico” en Nuevas Visiones de Viejos Maestros, ed. Debate, 2000.

(**) En la biografía que el propio Condivi dedicó a Miguel Ángel, menciona que el maestro le comentó a propósito de la polémica juventud de la Virgen en su famosa escultura que la Madre de Dios parecía más joven que su propio hijo precisamente en virtud de su castidad”.

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