martes, 5 de junio de 2007

EL MANUSCRITO VOYNICH

El manuscrito Voynich es un misterioso libro ilustrado de contenidos desconocidos, escrito hace unos 500 años por un autor anónimo en un alfabeto no identificado y un idioma incomprensible, el denominado voynichés.
A lo largo de su existencia constatada, el manuscrito ha sido objeto de intensos estudios por numerosos criptógrafos profesionales y aficionados, incluyendo destacados especialistas estadounidenses y británicos en descifrados de la Segunda Guerra Mundial. Ninguno consiguió descifrar una sola palabra. Esta sucesión de fracasos ha convertido al manuscrito en el Santo Grial de la criptografía histórica; pero ha alimentado también la teoría de que el libro no es más que un elaborado engaño, una secuencia de símbolos al azar sin sentido alguno.
El nombre del manuscrito se debe al especialista en libros antiguos Wilfrid M. Voynich, quien lo adquirió en 1912. Actualmente está catalogado como el ítem MS 408 en la Biblioteca Beinecke de libros raros y manuscritos de la Universidad de Yale.
El libro tiene alrededor de 240 páginas de pergamino, con vacíos en la numeración de las mismas, lo que sugiere que varias páginas se habían extraviado ya antes de su compra por Voynich. Se utilizó pluma de ave para escribir el texto y dibujar las figuras con pintura de colores; según se puede apreciar, el texto es posterior a las figuras, ya que en numerosas ocasiones el texto aparece tocando el borde de las imágenes, algo que no ocurriría si éstas hubiesen sido añadidas a posteriori.
Las ilustraciones del manuscrito no aclaran los contenidos del texto pero denotan que el libro consta de seis "secciones", con diferente materia y estilo. Exceptuando la última sección, que contiene únicamente texto, casi la totalidad de las páginas contienen al menos una ilustración. Las secciones y sus nombres convencionales son: Herbario (plantas y algunos párrafos de texto), Astronómica (diagramas circulares, algunos de ellos con soles, lunas y estrellas, lo que sugiere que trata de astronomía o astrología), Biológica (texto denso y continuo con figuras de pequeñas mujeres desnudas tomando baños en balnearios públicos o tinas interconectadas por una elaborada red de tuberías, algunas de ellas claramente en forma de órganos del cuerpo), Cosmológica (diagramas circulares de naturaleza desconocida), Farmacéutica (dibujos con leyendas de partes de plantas aisladas, objetos similares a jarras farmacéuticas a lo largo de los márgenes y algunos párrafos de texto) y Recetas (párrafos cortos, cada uno marcado con una "viñeta" en forma de flor (o estrella) que hacen pensar en una serie de órdenes, pasos o instrucciones para elaborar algo, presumiblemente un producto químico o alquímico).
El texto fue claramente escrito de izquierda a derecha, con un margen derecho desigual. Las secciones más largas se encuentran partidas en párrafos, a menudo con "viñetas" en el margen izquierdo. No hay evidencia de signos de puntuación. El texto es fluido, como si el escriba entendiera lo que estaba escribiendo mientras lo hacía; el manuscrito no da la impresión de que cada carácter haya tenido que ser calculado antes de ser escrito en la página.
El texto consiste de más de 170.000 glifos, normalmente separados unos de otros por pequeños espacios. La mayoría de los glifos están escritos con uno o dos trazos simples. Considerando que existen disputas sobre si ciertos glifos son distintos o no, se calcula que el alfabeto entero consta de entre 20 y 30 glifos totales para casi todo el texto, con raras excepciones de algunas docenas de caracteres "extraños", encontrados una o dos veces en todo el texto.
Los espacios más anchos dividen el texto en alrededor de 35.000 "palabras" de longitud variada. Estas parecen seguir una cierta fonética o reglas ortográficas de cierto tipo; por ejemplo, algunos caracteres deben aparecer en cada palabra, algunos caracteres nunca siguen a otros, algunos pueden ser dobles pero otros no.
El análisis estadístico del texto reveló patrones similares a los de lenguajes naturales. Por ejemplo, la frecuencia de palabras sigue la Ley de Zipf y la entropía es similar a aquella de textos en latín. Algunas palabras aparecen exclusivamente en ciertas secciones, o sólo en algunas páginas; otras son frecuentes en todo el manuscrito. Existen muy pocas repeticiones entre las miles de "leyendas" adjuntas a las ilustraciones.
Por otro lado, el "idioma" del manuscrito Voynich, el voynichés, es distinto de los idiomas europeos en varios aspectos. En particular no existen palabras con más de 10 "letras". Además, la distribución de letras dentro de una palabra es algo peculiar: algunos caracteres aparecen solamente al principio de una palabra, otros solamente al final y algunos siempre en el medio.
El texto parece ser más repetitivo que los típicos idiomas europeos; existen secuencias en las cuales la misma palabra común aparece hasta tres veces consecutivas.
Se atribuye a los primeros propietarios reales del manuscrito la creencia de su autoría por parte de Roger Bacon (1214-1294). El manuscrito presenta notables parecidos con una obra del autor inglés Anthony Ascham, "A Little Herbal" (Un pequeño herbario), publicada en 1550.
Los primeros propietarios teóricos del manuscrito habrían sido Rodolfo II de Bohemia (1552-1612) y Jacobus Horcicky de Tepenecz (que lo poseería entre 1612 y 1622), quien a su vez se lo pasaría a Georgius Barschius (quien en teoría lo tendría entre 1622-1665). De este último personaje no se tienen noticias más que por unas cartas posiblemente escritas por Johannes Marcus Marci (poseedor del libro en 1665), dirigidas a Athanasius Kircher.
Permanecería en manos de Athanasius Kircher desde 1665 hasta 1680, sin que pudiera descifrarlo, pasando a la biblioteca del Collegio Romano (actualmente la Universidad Pontificia Gregoriana) hasta 1912, momento en el que lo compraría Wilfrid M. Voynich (entre 1912 y 1930) para pasar posteriormente a su viuda, Ethel Boole Voynich (entre 1930 y 1961), a Hans Peter Kraus (entre 1961 y 1969), el cual lo cedió a la Universidad de Yale.
Las extrañas características del texto del manuscrito (tales como las palabras duplicadas o triplicadas) y el contenido sospechoso de sus ilustraciones (tales como las plantas quiméricas) han llevado a muchos a pensar que el manuscrito es en realidad un engaño. En 2003 el especialista en computación doctor Gordon Rugg mostró que se podía reproducir texto con características similares a las del que contiene el manuscrito, mediante el uso de una tabla con prefijos, raíces y sufijos, que habrían sido seleccionados y combinados por medio de una plantilla de papel perforado. Este mecanismo, conocido como rejilla de Cardano, se inventó hacia 1550 como herramienta criptográfica. Sin embargo los pseudotextos generados en los experimentos de Gordon Rugg no tienen las mismas palabras y frecuencias que el manuscrito Voynich, y su parecido al "Voynichés" es sólo visual, no cuantitativo. Puesto que también se puede producir un galimatías aleatorio que se parezca al español (o a cualquier otra lengua) en una medida similar, estos experimentos no son convincentes ni demuestran nada.
Artículo completo publicado en Wikipedia.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Si resulta que es una falsificación, me parece asombroso; el tipo que pergeñó semejante libro era un precursor de Tolkien (...el alfabeto éste es más original que el élfico...) y el montaje una bomba de relojería que desencadenaría un efecto 'Guerra de los mundos' que sería la envidia del mismísimo Wells (...de Orson y de H.G.).

¡Salud saludable y República republicana!!!

Anónimo dijo...

...vale, imploro mil doscientos perdones, a Orson mejor llamarle Welles, que queda como más castizo y estás como tuteándole y, y,...y además es como se llamaba, que en paz descanse.